SEMANA DE LA MEMORIA - ISAURO ARANCIBIA


Nació en Montero, provincia de Tucumán, el 25 de marzo de 1926 . Fue asesinado en la sede del Sindicato tucumano de docentes (ATEP) por las fuerzas del llamado "proceso de reorganizacion nacional ", el 24 de marzo de 1976. Su cuerpo recibió más de 70 balazos que terminaron con su vida y la de su hermano Arturo René, también docente, que se hallaba junto a él. 

Fue maestro y, como tal, una expresión cabal de reciedumbre moral, de aguda percepción del tiempo que nos toca vivir, de coraje cívico, de una inquebrantable voluntad para luchar y de una gran sensibilidad para comprender los problemas sociales. 

Llegó a la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales en momentos difíciles. Recibió un gremio empobrecido, con docentes sumergidos económicamente y menospreciados socialmente. Se dio la tarea de canalizar la rebeldía latente en el gremio y orientó la acción hacia conquistas ciertas y verdaderas. 

La huelga de 1958 fue una prueba de fuego. La lucha fue ardua pero fructífera ya que logró la unidad de la docencia, simentada en la confianza con la que el magisterio apoyó su accionar. Se lanzó de lleno a consolidar la ATEP, convirtiéndola en una de las organizaciones gremiales más sólidas del país, ganándose el respeto y la admiración de muchos otros gremios. Forjador de Organizaciones Confederales como C.G.E.R.A. que luego integraría el Acuerdo de Nucleamiento Docentes (1970), paso previo a la constitución de la futura CTERA, de cuya Junta Ejecutiva fue el primer Secretario Adjunto. 

Arancibia no se limitó a ser sólo gremialista, fue un luchador social y, como tal , trabajó junto a los obreros tucumanos del azúcar por sus reivindicaciones. La defensa de los derechos humanos también lo tuvo como protagonista. En junio de 1975 contribuye activamente a la formación de una Comisión de Derechos Humanos, que luego se plasmará en la ASAMBLEA PERMANENTE POR LOS DERECHOS HUMANOS, cuya mesa integró. 

Tenía gran fe en la educación como formadora de valores esenciales. Pensaba que era imprescindible darle un impulso renovador, tranformador y creador. La Escuela Pública Argentina tuvo en él un defensor inclaudicable que luchó contra la injusticia y el privilegio. Y los docentes, un ejemplo permanente de coraje y consecuencia en la organización de los trabajadores. 

Francisco Isauro y Arturo René Arancibia fueron asesinados el 24 de marzo de 1976 por personal civil y policial en el local de la Agremiación de Educadores de la Provincia (ATEP) donde residían.