4 DE AGOSTO: ANGELELLI, LA HISTORIA DE UN PADRE REVOLUCIONARIO


Enrique Angelelli (17 de julio de 1923 – 4 de agosto de 1976) fue un obispo de la Iglesia Católica asesinado en La Rioja a causa de sus luchas sociales durante la época del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.




Luego del golpe de estado del 24 de marzo se intensificó el control y seguimiento a los miembros de la Iglesia, en el marco de la represión desatada por la dictadura militar. Mons. Angelelli levantó su voz para denunciar las violaciones a los derechos humanos. También hizo gestiones ante las autoridades militares, incluyendo al Comandante del III Cuerpo del Ejército, Luciano B. Menéndez. "El que se tiene que cuidar es Usted.", amenazó el militar.

El 4 de agosto, Mons. Angelelli, junto al Padre Arturo Pinto, retornaba a la capital riojana cuando su camioneta fue obstruida por un peugeot 404, lo que le provocó el vuelco. El cuerpo del Obispo fue sacado y su nuca golpeada contra el asfalto, quedando su corpulenta figura extendida con los brazos abiertos sobre la ruta.

Aunque se intentó ocultar el crimen como "accidente automovilístico" y la causa judicial iniciada fue enseguida archivada. En 1983, con el retorno de la democracia, se reabrió la causa y en 1986 el Juez Aldo F. Morales dictaminó que la muerte de Mons. Angelelli fue un "homicidio fríamente premeditado", debiéndose identificar a los autores.

El 2 de agosto de 2006, dos días antes del 30º Aniversario de su asesinato, el Presidente argentino Néstor Kirchner firmó un decreto declarando el 4 de agosto día nacional de duelo, con un discurso en la Casa Rosada conmemorando a los religiosos que fueron víctimas del terrorismo de Estado.
Estela de Carlotto, en homenaje al Obispo Angelelli, dijo: 

"No quiero que Monseñor sea hecho una estampa. Él está vivo en nuestra memoria."