FALLECIO LA PEDAGOGA CUBANA QUE AYUDO A ALFABETIZAR A 8 MILLONES DE PERSONAS


Falleció la pedagoga cubana que ayudó a alfabetizar a 8 millones de personas

FUENTE; DIARIO TIEMPO ARGENTINO / SOCIEDAD
19 DE ENERO DE 2015

Leonela Inés Relys Díaz tenía 67 años

Fue la creadora del programa Yo sí puedo, que según un principio de solidaridad intelectual palió el analfabetismo en varios países de América Latina. En la Argentina, la herramienta llegó a principios de siglo y funciona en 18 provincias.

El analfabetismo existe porque existen inequidades e injusticias sociales", repetía como una oración, como un mantra, mientras exhortaba aquí y allá, en el lugar del mundo que le tocara visitar, a los dirigentes políticos y educadores del sistema capitalista, a que abrieran sus puertas y atendieran, antes que al capital, a la vida; a que se sintieran responsables por sus niños y jóvenes. "Que no exista educación para todos es un caldo de cultivo", repetía, advertía Leonela Inés Relys Díaz, la famosa pedagoga cubana, creadora del método de alfabetización Yo sí puedo, que ha enseñado a leer y escribir a más de 8 millones de personas en el mundo y que acaba de fallecer en La Habana, a sus 67 años.

Relys Díaz nació en Camagüey, el 20 de abril de 1947. A los 15 se sumó al ejército de alfabetizadores que en los '60 convirtieron a Cuba en el primer país libre de analfabetismo. Años más tarde se convirtió también en la coordinadora general de esa labor en Haití. Ahí, en esa tierra, aprendió su primera palabra en creole, "grangú", que significa hambre. Esa era la respuesta que los pobladores le daban cuando se acercaba con sus cuadernos. Allí también creó el método del Yo sí puedo, que llegaría a distintos países en todo el mundo, y tendría efectos muy significativos en América Latina, especialmente en Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela. 

"Con el Yo sí puedo ha existido un principio básico que es el de solidaridad intelectual. Por eso decimos que el Yo sí puedo es de todos, porque si lo hicimos en quechua, quienes aportaron la cultura y la lengua son los quechua; si lo hicimos en zwahili para Tanzania, quienes aportaron la cultura fueron los tanzanios. Es un programa colectivo y de millones de personas. Tiene mamá, papá, pero también tíos, hermanos, medios hermanos", explicaba en una entrevista realizada en 2013.

El ingenioso programa recupera el conocimiento de las personas analfabetas, y va de lo conocido (los números) hacia lo desconocido (las letras). Además de ser un facilitador, el programa incorpora herramientas audiovisuales. "El pueblo haitiano nos permitió entender cómo los medios audiovisuales son fundamentales para la educación en un pueblo y cuánto pueden ayudar a desarrollar una buena campaña de alfabetización. Aprendimos además de forma más marcada la relación del analfabetismo con la pobreza, el hambre, la miseria, la insalubridad", explicaba la pedagoga.

Por el resultado de su trabajo, la Unesco le confirió a Cuba la Mención Honorífica Rey Seijong y posteriormente el Premio Rey Seijong, pero ella misma recibió innumerables premios y reconocimiento en congresos y eventos nacionales e internacionales, por su labor militante, entre ellas, las órdenes Frank País de Primero y Segundo Grado, que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba, la Orden Ana Betancourt y las medallas Trabajador Internacionalista, Conmemorativa 40 Aniversario de las FAR y José Tey, y el título de Heroína del Trabajo de la República de Cuba.

En la Argentina, el método desembarcó a principio de la década de 2000, por impulso de diferentes movimientos sociales. Una de las organizaciones más comprometidas con la aplicación del Yo sí puedo es la Fundación Un Mundo Mejor Es Posible (Ummep), que también importó el programa Operación Milagro para devolverles la vista a personas humildes. Según cifras de esa organización, más de 26 mil argentinos fueron alfabetizados des­de 2003 y, en la actualidad, el programa funciona en 18 de las 24 provincias, desde Misio­nes hasta Tierra del Fuego. «

TAMBIEN EN LA ARGENTINA


"Mi trabajo fue de golondrina, anduve de pago en pago, y en ninguno me quedé. Y ahora estoy con la vejez, de a poquito voy cavando la fosa para el cementerio. Cuando es viejo uno no hace las cosas por hacerlas, las hace porque las tiene que hacer. Antes te mandaban a la escuela, y acá vos vas por gusto tuyo. Aparte hicimos un grupito lindo de gente, nos prestamos los lápices y estamos así, que no se siente una mosca, mirando el cuaderno y el pizarrón. No parecíamos gente adulta, o sí parecíamos gente adulta porque no hacíamos bochinche para nada. Ahora podés ir a otra escuela y seguir estudiando cualquier cosa. A mí me gusta mucho la guitarra, porque me gusta mucho cantar, así que ahora voy a ver si aprendo guitarra. Porque un croto con guitarra ya no es un croto, es más lindo."

La experiencia de Francisco, un poblador de la localidad de Conhello, provincia de La Pampa, es una de las tantas registradas en el documental Yo sí puedo, la alegría de aprender y enseñar, dirigido por María Torrellas. La película se proyectó por primera vez hace sólo dos meses, durante la 8ª Muestra de la Asociación de Documentalistas Argentinos, y se pueden ver algunos fragmentos por YouTube. "Fue un homenaje a esa permanente solidaridad cubana", señaló la documentalista a raíz del estreno.

EN EL MUNDO

Hay en todo el planeta 781 millones de personas analfabetas en edad adulta, un 16% de la población global. De ellas, el 64% son mujeres, una tasa que no mejora desde 1990.

RANKING

4º puesto En ese lugar está Cuba, según el Atlas de la Alfabetización de Unesco, entre los países con mejores tasas de alfabetización, con 99,8 por ciento. Primero, Corea del Sur.