PRONUNCIAMIENTO DE LA INTERNACIONAL DE LA EDUCACION



La exigencia de “verdad y justicia” han acompañado a todos los procesos de terrorismo de Estado, genocidios o procesos violentos en nuestro continente. En muchos casos esa consigna se materializa en la tesonera lucha de grupos afectados directamente como familiares de las víctimas directas.

En el caso de Ayotzinapa, ese reclamo ha sido enarbolado por numerosos actores, incluidos sus familiares, pero también el magisterio latinoamericano. Nosotros como maestros, profesores y trabajadores de la educación levantamos la voz de justicia y esclarecimiento de los hechos desde el primer momento y lo continuaremos haciendo.

Hoy, a un año de los hechos se conoce el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que estableció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a solicitud de los interesados y del propio gobierno.

Este grupo concluye, entre otras recomendaciones y conclusiones, que por los antecedentes del caso y con base en el informe evacuado por el Dr. Torero, “el GIEI se ha formado la convicción que los 43 estudiantes no fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula. Las confesiones realizadas por los presuntos responsables en este punto no corresponden a la realidad de las pruebas presentadas en este estudio”.

El GIEI analizó pormenorizadamente el informe de la Procuraduría encontrando graves inconsistencias.

Para el GIEI todas las circunstancias y hallazgos “muestran tanto los déficits en la investigación como de las tareas que quedan pendientes para que se pueda dar la justicia que los familiares y México esperan del caso, incluyendo una investigación efectiva de las diferentes responsabilidades y el esclarecimiento del destino de los 43 normalistas desaparecidos que como hemos señalado es aún incierto”.

También señalan lo que queda por delante, y los caminos por los que se debería orientar a juicio del GIEI tanto la búsqueda de los desaparecidos, como la investigación de los hechos y responsabilidades y la atención a las víctimas y familiares, que forman parte de nuestro mandato. A juicio del GIEI los avances propiciados en estos meses en la investigación constituyen un paso positivo. Sin embargo, el GIEI considera que debe darse un replanteamiento general del mismo en función de los resultados de esta investigación.

Por su parte, familiares de las víctimas de Ayotzinapa han divulgado ocho puntos que exigen al gobierno mexicano y tras una reunión con Enrique Peña Nieto, presidente de México, han quedado aún inconformes con sus respuestas.

Los familiares piden el reconocimiento de su movimiento y que el caso se mantenga abierto, que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se mantenga otro año y que se cumplan sus recomendaciones, entre otras exigencias incluida la de comunicar de forma respetuosa y permanente los hallazgos a los familiares.

En el documento, los padres de familia le dicen a Peña Nieto que desconfían de las instituciones y de su gobierno, pero que “el anhelo de abrazar nuevamente a nuestros hijos hoy nos hace estar aquí para exigirle una vez más que los encuentre“.

Las multitudes que en toda América Latina exigen verdad y justicia, hoy una vez más, reflejan la preocupación que siente toda la región por los derechos humanos en México.

Por estas razones, y acompañando las exigencias de familiares de las víctimas de Ayotzinapa, el presidente del Comité Regional de la Internacional de la Educación para América Latina, Hugo Yasky, hizo un llamado a todas las organizaciones afiliadas a la Internacional de la Educación a mantener la presión hacia el gobierno de México exigiendo verdad y justicia.

Yasky insistió en la importancia de mantener vivas las exigencias de una investigación profunda e independiente y de mantener abierto el caso para que los hechos no queden impunes y se pueda llegar a la tan esperada justicia para Ayotzinapa.

A un año de la masacre mantenemos nuestros ojos en esa región olvidada del estado de Guerrero y México y nuestra solidaridad con familiares y compañeros de la Escuela Normal Isidro Burgos.