Carta abierta de lxs docentes y auxiliares de la EP 22 de Paraje Pavón a la comunidad educativa

El personal de la EP Nº22 de Pje Pavón – Pdo de Gral Lavalle, desea manifestar su preocupación ante la falta de respuesta de parte del gobierno provincial para la culminación de la obra consistente en el replanteo de la totalidad de la instalación eléctrica del edificio escolar.


El día 02 de agosto se detectó un corto circuito dentro de un aula, exactamente detrás de un calefactor. Al realizarse la revisión correspondiente, el electricista contratado por Consejo Escolar, advierte el pésimo estado de los cables que se hallaban carbonizados y la presencia de agua dentro de los caños que protegen a los mismos. Los días 6, 7 y 8 siguientes, se trabajó en el tema, verificando la ausencia de disyuntor en el edificio y las llaves térmicas inutilizables. Por tal motivo, la inspectora DPIE, habilita el lugar con indicaciones de anular el fluido eléctrico en la mayoría del edificio, quedando limitado éste a la cocina para mantener alimentos y a secretaría para uso de la PC. Además se indica el cambio de la totalidad de la instalación eléctrica, tarea que debía iniciarse en coordinación con las tareas de impermeabilización que se estaban llevando a cabo en el establecimiento. La Municipalidad de Gral Lavalle asume la contratación de quien comenzaría la obra. Mientras tanto, periódicamente, el disyuntor colocado de forma urgente, según indicación de la Inspectora DPIE, daba cuenta de nuevos corto circuitos o mal funcionamiento en los escasos lugares que tenían corriente. Esta situación hizo eclosión con la tormenta del 29/09, por cuanto, el disyuntor ya no permitió que pudiera prenderse una sola luz. Durante el lapso de tiempo comprendido desde principios de agosto hasta fines de septiembre, diversos argumentos fueron esgrimidos, tanto por parte del electricista contratado, como por la parte de la Municipalidad, que dilataron los tiempos de una obra que podía haberse ejecutado en menor tiempo.


Ya con la escuela inhabilitada, los docentes y auxiliares, hemos tenido que cumplir funciones en el Centro Cultural de Pje Pavos, cedido por la Delegacion Municipal. En principio, en horario reducido con alumnos, donde se privilegió la continuidad de los aprendizajes y el servicio de comedor. Esta modalidad fue adoptada ya que, en principio dse habló del plazo de una semana “para estar de vuelta en la escuela”. Los tiempos continuaron dilatándose en la obra por falta de insumos, aumento de precios, envio de materiales, entre otros argumentos que pudieron haber siodo evitables bajo la mirada de los responsables de la ejecución efectiva de la obra. 


Con la promesa de “una semana más”, se llegó al día 22 de octubre, donde padres, docentes y autoridades educativas en pos de la continuidad de los alumnos y en vista de la mala experiencia de atender a los plazos que se iban dando, se resuelve solicitar al Club de Leones, el préstamo de su predio donde los alumnos de Primer Ciclo pudieran cumplir la jornada de 8 hs, quedando en Centro Cultural los alumnos del Segundo Ciclo. Esta modalidad se ejecutó por casi tres semanas, en las cuales se pudo comprobar que ninguno de los dos lugares, son aptos para soportar la cotidianeidad en jornada de 8 hs de alumnos, además de los riesgos que fueron oportunamente relevados y elevados a las autoridades. Ante la clausura del Club de Leones para la actividad escolar, se trabajó una semana con alternancia de los ciclos por dia en el Cultural.


Cabe destacar los contextos complejos en los cuales nos venimos desempeñando tanto docentes como auxiliares desde antes  del receso escolar de invierno. Primero con la obra del cambio de cubierta e impermeabilización, cuando  se dio clases al ritmo de golpes de martillo, con alargues alimentadores de electricidad a herramientas cruzando pasillos, o las pisadas de los albañiles en los techos de chapa y madera por sobre las cabezas del personal de cocina. También la presencia de los obreros compartiendo baños con docentes, el uso de un andamio en pleno SUM, el acarreo de materiales de construcción, el ingreso de camiones al predio y las herramientas diseminadas por espacios de uso de alumnos. Siempre los docentes y auxiliares estuvimos allí, cumpliendo con nuestras funciones amplificadas por la necesidad de extremar las precauciones, multiplicando la atención por los riesgos a los que estuvimos siendo sometidos, en un extraordinario caso de adaptación al medio de escasos precedentes. Si a esto agregamos que la escuela estuvo funcionando sin disyuntor y en paupérrimas condiciones de seguridad eléctrica, podemos decir que a la virtud de adaptabilidad debemos agregar la dosis de suerte.


En segundo lugar, el periodo de peregrinaje en los lugares cedidos, lugares no diseñados para ser escuela y para tal cantidad de horas, generó un esfuerzo potenciado en la tarea común, hacinamiento en espacios, traslados de insumos todos los días, atención de situaciones poco gratas y de gran riesgo para alumnos y personal, y demás cuestiones que podrían haber sido inexistentes de haberse cumplimentado con plazos lógicos la ejecución de las obras en el edificio escolar.


Así estamos cumpliendo nosotros de pie, pero somos adultos. La pena más grande la cargamos por los que son el sentido de nuestro aguante y son nuestros alumnos. Aquí se ha privado de los aprendizajes en condiciones dignas a los alumnos de la EP 22, se vulneró su derecho, se cortaron proyectos, actividades, sueños que pensábamos compartir en esta olvidable “segunda mitad”.  


La responsabilidad del Estado provincial en la Educación se considera “indelegable”, según sostiene el Art 198 de la Constitución de la Pcia de Bs As, aun así, y en claro plan de municipalización, la Pcia “sobrevuela” esto y envía fondos a la Municipalidad para que se haga cargo de las falencias edilicias. Si bien consideramos que estamos partiendo de una cuestión que va contra lo expresado en la Constitución, responsabilizamos de toda esta situación al gobierno provincial por no hacerse cargo de sus competencias y mirar para otro lado, obedeciendo a políticas nacionales de retiro del Estado, y al gobierno municipal por su desidia en la contratación para los trabajos y la falta de supervisión que pudiera prever la innecesaria extensión de los tiempos de ejecución, en detrimento de la educación de nuestros alumnos y nuestras condiciones laborales.


Sabemos que las obras tienen dos etapas. Esperamos que se dé finalizada la primera y se firme la habilitación  de la escuela en breve para poder tener un fin de ciclo lectivo, en mejores condiciones edilicias, con nuestros alumnos. Para la segunda parte, pautada para el receso de verano, solicitaremos el acta compromiso firmada por la totalidad de los responsables que garantice y comprometa la totalidad de la ejecución del trabajo indicado por la DPIE. De ninguna manera podemos permitir un próximo ciclo lectivo sin una escuela segura y en condiciones dignas para nuestros alumnos y para nosotros.


* Carta leida en el Banderazo por la soberanía educativa del miércoles 21 de noviembre.